Peña Nieto a su salida (1)

Augusto Hugo Peña Delgadillo.

Mientras Peña Nieto asume que va a perder el PRI la presidencia, acelera la venta del país a la oligarquía y a las trasnacionales. Para darnos una idea de esta nefanda realidad, hay que saber que bajó estúpidamente la producción de gasolinas. En el 2013 se producían 437 mil barriles diarios, y en enero del 2018 sólo se produjeron 187 mil barriles por día. ¿De qué se trata su estrategia, quiere hundir a México y entregarle a las petroleras de EEUU la tarea que hacían las refinerías mexicanas?... ¿Por qué no informa a los mexicanos el por qué hace esto y porque se oculta, y esconde estas antipatrióticas acciones en discursos triunfalistas falsarios? Habría que averiguarlo antes de que Peña Nieto termine de vender e hipotecar al país.

Otro ejemplo más es que la producción de diesel que cuando Peña tomó las riendas del país, era de 313 mil barriles por día, la bajó a 187 mil en enero pasado. Además de los ejemplos del diesel y las gasolinas, también la producción del petróleo crudo y del gas las bajó. El gobierno de Peña Nieto dejó en manos de Pedro Joaquín Coldwell, las políticas energéticas, y este fulano nos sale con la monserga que tenemos seis refinerías, cuando teníamos nueve: Azcapotzalco, Cadereyta, Madero, Minatitlán, Salamanca, Salina Cruz, Tula, Poza Rica y Reynosa. La capacidad de refinación de éstas era de un millón 270 mil barriles diarios entre diesel y gasolinas; hoy apenas -en enero del 2018- se refinan 323 barriles diarios, entre gasolinas y diesel, o sea, la cuarta parte de lo que se refinaba cuando Peña Nieto asumió la presidencia. ¿Qué tratos a espaldas del pueblo hizo Peña Nieto con EEUU y sus petroleras como para entregarles no sólo PEMEX y la extracción de petróleo crudo sino también la producción de nuestros energéticos, gas, gasolinas y diesel?... ¿A cambio de qué les entregó nuestra energía a los gringos para hacernos más dependientes de ellos?

Tengo una idea del por qué Peña Nieto está vendiendo el país y el futuro de los mexicanos. Es probable que sea una idea peregrina, pero creo que Peña Nieto al asumir la presidencia de forma fraudulenta, fue requerido -llamado a cuentas- por las autoridades de EEUU, a negociar un toma y daca de favores. Yo, Estados Unidos, te avalo y acepto como presidente legítimo de México, sin serlo, y tú como presidente, llevaras a cabo -obligatoriamente- unas reformas constitucionales; una de ellas la energética, como el sine qua non, reitero, obligatoria, para que tú, Enrique Peña Nieto, seas un interlocutor “legítimo” ante nosotros. Lo tomas o lo dejas. Y Peña Nieto aceptó a pie juntillas las proposiciones de EEUU para asumirse como presidente de México.

Ahora en plena época electoral y ante la derrota inminente del PRI, Peña Nieto está acelerando la entrega de nuestro país a los intereses de Washington. No se me ocurren otras causas; sin embargo, la preocupación actual de Peña Nieto, ya no es la ser el presidente “legítimo” de México sino el de blindarse por medio de acuerdos, con quien sea, para no ir a parar a la cárcel. En una declaración que se hizo pública de Ricardo Anaya el domingo 4 de marzo, Anaya se dirige directamente a Peña Nieto para que saque las manos del proceso electoral, ante Luis Donaldo Colosio Riojas y los dirigentes del PAN, del PRD y MC, y con claridad dijo que él no va a perdonar a los delincuentes tal y como López Obrador lo ha prometido. Ricardo Anaya dejó en claro que al llegar a la presidencia, se van a castigar -resolver legalmente- los casos de La Casa Blanca, el de Emilio Lozoya que recibió de mordida 10.5 millones de dólares de Odebrecht que fueron a dar a la campaña de Peña Nieto en el 2012 y, que los enormes desvíos de dinero de Sedesol por Rosario Robles y por José Antonio Meade Kuri, van a ser esclarecido y resueltos a favor de los mexicanos. ¿Es o no esta declaración de Ricardo Anaya una amenaza implícita -y explícita- a Peña Nieto y a los de su pandilla? ¡Claro que sí!... Por ello las prisas de Peña Nieto por cumplir con su compromiso con Estados Unidos, y refugiarse allá como algunos otros, antes lo han hecho.

Estos asuntos dan para más de un artículo, por eso en mi siguiente aportación trataré de esclarecer algunos puntos relacionados con lo antes mencionado. El visceral desencuentro de Peña Nieto, el PRI y su candidato José Antonio Meade Kuri, con la coalición del PAN/PRD/MC que lleva de candidato a Ricardo Anaya. Lo cierto, lo que se ve a las claras es que hubo un rompimiento entre las elites políticas, lo que ha dejado solo a Peña Nieto en su propio laberinto y en medio de una maraña de la que difícilmente va a librarse. El rompimiento no es solo con Anaya y el Frente que le apoya sino también con poderes fácticos involucrados en el conflicto de intereses. Incluso, con Carlos Salinas, Diego Fernández de Cevallos, algunos sectores empresariales, el PRD y no pocos personajes dentro del propio gabinete de Peña Nieto, quienes ven como necesario dejar un precedente clarísimo, de que Peña Nieto deberá pagar sus culpas e infidelidades al país y al establishment que aún impera en México. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?

(Continúa). Peña Nieto a su salida (2)